- Área: 264 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Marcel van der Burg, BETA
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Proveedores: Sto
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La expresión de esta casa es hiperpersonal, pues cuestiona y celebra la arquitectura informal.
Al igual que muchos desarrollos iniciados durante la recesión económica, la construcción de Buiksloterham fue impulsada por los proyectos construidos por cuenta propia. Esta forma de desarrollo urbano lleva a la experimentación en la tipología de la casa, lo que ha demostrado las preferencias personales en la organización espacial, abriendo camino hacia las fachadas y lo que ha dado como resultado paisajes urbanos eclécticos. La Casa Azul es un experimento que rinde homenaje a esta condición y al mismo tiempo la critica.
La Casa Azul celebra la individualidad, y refleja indudablemente la colorida personalidad de los clientes. Además, se adapta perfectamente a la combinación de la vida empresarial y familiar, con el hogar dispuesto en la parte superior del edificio. El escultórico espacio vital principal comienza sobre la calle y cae en cascada hacia el jardín, creando una fuerte conexión visual con el exterior en todos los niveles
Grandes aberturas en la fachada frontal y posterior equilibran la luz natural, mientras que el espacio está formado por la plasticidad de la cocina y la escalera. Además de las rejillas de acero hápticas, todas las superficies están desmaterializadas y hechas a mano.
Si bien la Casa Azul refleja lo hiperpersonal, carece de muchas características formales de una casa, incluso busca perturbar la imagen de una casa típica. Su materialidad y sus características espaciales se asemejan a las de un edificio público más que a un interior doméstico. Las fachadas están envueltas en azul y adornadas con composiciones figurativas. La casa es deliberada en su ambigüedad: ¿quiere destacarse entre sus vecinos de tonos suaves o quiere desaparecer?